salsa de tomate casera
«Esta receta cetogénica te dejará boquiabierto cuando la sirvas con bistec y papas fritas: ¡cielo!»
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1 cebolla roja grande, pelada y en rodajas
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½ bulbo de eneldo, podado y picado en trozos grandes
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1 apio, cortado y picado en trozos grandes
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aceite de oliva
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Rodajas de jengibre de 5 cm, peladas y picadas finamente
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2 dientes de ajo, pelados y rebanados
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½ pimiento rojo fresco, sin semillas y finamente picado
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1 manojo de albahaca fresca (30 gramos), sin hojas, tallos cortados
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1 cucharada de semillas de cilantro
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2 clavos
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1 kg de tomates amarillos, naranjas o verdes, en rodajas o 500 g de tomates cherry o ciruela, la mitad más 500 g de tomates ciruela en lata
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200 ml de vinagre de vino tinto
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70 g de azúcar moreno blando
Preparación
- Poner todas las verduras en una gran cacerola de fondo grueso y espolvorear con abundante aceite de oliva y jengibre, ajo, pimientos, tallos de albahaca, semillas de cilantro y clavo. Sazone con una cucharadita de pimienta negra y una pizca de sal marina.
- Cocine suavemente a fuego lento durante 10 a 15 minutos o hasta que se ablande, revolviendo ocasionalmente. Añadir todos los tomates y 350 ml de agua fría. Llevar a ebullición y cocinar a fuego lento hasta que la salsa se reduzca a la mitad.
- Agregue las hojas de albahaca y haga puré la salsa en un procesador de alimentos o batidora de mano, luego frótela dos veces a través de un tamiz para que quede suave y brillante. Ponga la salsa en una cacerola limpia y agregue el vinagre y el azúcar.
- Deje que la salsa hierva a fuego lento hasta que espese y adquiera la consistencia de la salsa de tomate. En este punto, ajuste la especia al gusto.
- Vierta la salsa de tomate a través de un embudo esterilizado en una botella esterilizada, luego cierre y almacene en un lugar fresco y oscuro o en el refrigerador durante el tiempo que sea necesario; debe almacenarse durante seis meses. Genial con bistec y papas fritas.